La intervención de Ana Palacio, exministra de política exterior española, en el I Foro Geopolítico Cajamar, estuvo marcada por un mensaje claro: estamos viviendo un cambio de era. Las certezas que han guiado al mundo desde el final de la Guerra Fría se desdibujan, mientras la geopolítica irrumpe con fuerza y reconfigura equilibrios globales.
Ana Palacio recordó que el mundo se enfrenta a tensiones en múltiples frentes:
- Competencia estratégica entre Estados Unidos y China, que ya no es solo económica, sino tecnológica, armamentística y de control de las cadenas de suministro.
- Un rearme acelerado de China, especialmente en su flota naval, cuyo ritmo —apuntó citando a la BBC— avanza a “velocidad de tumba abierta”.
- Un entramado global donde “la energía, la defensa y la economía se entrelazan”, haciendo insuficientes las viejas categorías analíticas.
España es una potencia con tres ejes históricos que definen su papel en el mundo
Desde su experiencia como ministra, Ana Palacio reivindicó que para entender a España hay que mirar a su historia y a su continuidad en política exterior. Señaló tres veneros fundamentales que han definido la proyección internacional española:
- Ser europeo: España ha sido contribuyente pleno a la construcción de la UE, “uno de los mayores éxitos de la humanidad”
- Anclaje mediterráneo: espacio de flujos, tensiones, rutas energéticas y migratorias
- Vocación atlántica y ultramarina: un legado que sostiene conexiones clave con América Latina
Estos tres ejes, afirmó, deben articular la posición de España ante un mundo que ya no es estable ni predecible.
Europa ante el riesgo de la irrelevancia: “La periferia no es un destino”
La exministra coincidió con el análisis de Robin Niblett —con quien compartió sesión— sobre la necesidad de que Europa deje de resignarse a un papel secundario en el tablero internacional.
“Europa será periférica solo si acepta serlo”, sentenció.
Para evitar ese destino, Ana Palacio insistió en la idea de recuperar escala y ambición, especialmente en industria, defensa, innovación y energía. Y advirtió que España solo perderá peso internacional si renuncia a actuar con claridad estratégica o si “pelea las batallas equivocadas”.
Estado y empresa, un nuevo vínculo ineludible
Lejos del antiguo debate entre lo público y lo privado, Ana Palacio defendió un enfoque pragmático: el Estado necesita a las empresas y las empresas necesitan un marco público claro, coherente y competitivo.
Subrayó la necesidad de:
- Reducir burocracia y solapamiento normativo.
- Generar un entorno regulatorio que favorezca la innovación.
- Revisar regulaciones europeas que —como en inteligencia artificial— frenan el crecimiento de emprendedores y empresas tecnológicas.
Energía: crítica al Green Deal “idealista” sin seguridad energética
Uno de los tramos más contundentes de su intervención fue la crítica al diseño inicial del Green Deal europeo, que —según Palacio— se construyó sobre supuestos irreales:
- Se daba por sentada la seguridad energética.
- Se asumía la asequibilidad de la transición verde.
La invasión rusa de Ucrania desmontó esos supuestos. Para Ana Palacio, Europa necesita equilibrar sostenibilidad con realismo estratégico:
- España debe mantener operativas sus centrales nucleares mientras no exista una alternativa robusta.
- Las interconexiones energéticas con Francia siguen siendo insuficientes: no alcanzan el 3%, cuando para 2030 deberían superar el 15%.
El apagón sufrido recientemente —recordó— es “un aviso claro de las carencias y los excesos ideológicos” que arrastra la política energética actual.
Defensa: de obligación militar a motor industrial
Ana Palacio defendió la necesidad de un salto cualitativo en política de seguridad y defensa europea. No solo desde lo militar, sino desde lo industrial y tecnológico.
Argumentó que:
- La defensa europea está fragmentada en hasta 178 sistemas de armas distintos, lo que impide escala y obliga a comprar sistemas estadounidenses.
- La seguridad moderna es multidimensional: energía, datos, infraestructuras e incluso IA “se están armando”.
- La defensa debe convertirse en un motor de empleo cualificado, investigación y tejido industrial.
España ya participa en proyectos estratégicos como el Eurofighter o las fragatas F-110, pero necesita reforzar su apuesta para situarse en la vanguardia tecnológica y militar.
Una llamada a la acción: confianza, ambición y liderazgo
La exministra concluyó con un mensaje fuerte dirigido tanto a instituciones como a empresas:
El nuevo desorden global no es un destino, es una prueba. Y debemos superarla con coraje, decisión y unidad
Para Palacio, España debe apoyarse en:
- La fortaleza de su tejido empresarial.
- Su identidad europea, mediterránea y atlántica.
- Su capacidad innovadora.
- Su responsabilidad como actor dentro de la Unión Europea y la OTAN.
Un discurso para rearmar la visión estratégica de España y Europa
La ponencia de Ana Palacio destacó por su claridad y por la defensa de una política exterior con memoria histórica, ambición presente y visión de futuro.
En un contexto global marcado por la tensión entre potencias y la erosión del sistema multilateral, Ana Palacio llama a España y Europa a no resignarse, sino a actuar con firmeza para mantener su relevancia y defender sus valores.
