Apagón en España, ¿realmente fue culpa de las energías renovables?
A día de hoy no están claros los motivos del apagón que tuvo lugar en España el 28 de abril. Sin embargo, muchas personas apuntan a que tuvo que ver con un exceso de energías renovables, ¿por qué dicen eso y cuánta verdad hay en ello?



Todavía hay muchas personas preguntándose a qué se debió el apagón en España del pasado 28 de abril. Toda la zona peninsular española, junto a buena parte de Portugal y algunas regiones de Francia se quedaron sin electricidad de un plumazo. A día de hoy ya se califica como el mayor fallo eléctrico de la historia en un país desarrollado. ¿Pero qué pasó? ¿Fue realmente culpa de las energías renovables como señalan tantas personas?
Lo cierto es que es imposible apuntar a una razón con seguridad. El Gobierno de España no ha dado una explicación definitiva, aunque asegura que no se ha dejado de investigar desde entonces. Por su parte, recientemente el medio de comunicación británico The Telegraph ha publicado un polémico artículo en el que asegura que se debió a un experimento realizado por el Gobierno. Supuestamente lo saben gracias a “fuentes comunitarias”, pero no se señala cuáles son esas fuentes, de modo que no podemos saber si fue un chivatazo real o una declaración con fines políticos para hacer daño a quienes actualmente gobiernan el país.
Sea como sea, parece que una de las hipótesis más aceptadas sobre el origen del apagón en España, es que se debió a fluctuaciones en la frecuencia eléctrica, causadas por falta de inercia. ¿Pero qué es eso? Y más importante aún, ¿qué tiene que ver con las fuentes de energía renovables? Vamos a verlo, pero no sin recordar que sigue sin saberse con seguridad qué ocurrió y que, si bien la ciencia que vamos a ver es real, que tenga una relación directa con el apagón es algo que de momento se basa solo en conjeturas.
¿Qué es la frecuencia y la inercia? conceptos básicos para entender el apagón en España
Una corriente eléctrica es, a grandes rasgos, un flujo de electrones a través de un conductor. Este movimiento genera un campo electromagnético alrededor del conductor y propaga una onda de tres dimensiones hacia su exterior.
En España la frecuencia debe ser siempre de 50 Hz y la tensión eléctrica de 230 V
Y aquí es donde empiezan los conceptos. La cantidad de veces que esa onda hace una fluctuación completa en un segundo es lo que se define como frecuencia. Si vemos esa onda como una rueda, se trata de la cantidad de giros completos que hace la rueda en un segundo. En un sistema eléctrico, la frecuencia eléctrica debe mantenerse constante para evitar problemas como el apagón en España del 28 de abril. Por ejemplo, en el sistema eléctrico español, la frecuencia debe ser siempre de 50 herzios (Hz). Es decir, 50 ciclos por segundo.
Pasa lo mismo con la tensión eléctrica, que es la presión que empuja los electrones por el conductor. Se mide en voltios y en España debe ser siempre de 230 V.
La capacidad de mantener la frecuencia constante es lo que se conoce como inercia. Si se pierde inercia, se generan fluctuaciones en la frecuencia eléctrica y las consecuencias pueden ser desastrosas. Esto ocurre sobre todo cuando hay fluctuaciones en la demanda eléctrica.
¿pero cómo se consigue esa inercia?
Hay muchas formas de generar inercia eléctrica, pero sin duda una de las más habituales es la inercia rotacional. Esta es una propiedad de los objetos que giran y se define como la resistencia a cambiar su rotación. Esta inercia resulta muy útil en los sistemas eléctricos. Por eso, normalmente las centrales eléctricas tienen turbinas que ayudan a que se genere esa electricidad. Las centrales hidroeléctricas, las nucleares o las térmicas, por ejemplo, usan turbinas pesadas que aportan una gran inercia rotacional, de manera que siempre hay 50 giros por segundo.
En cambio, las energías renovables carecen de esa capacidad. Por ejemplo, la energía solar no se obtiene con turbinas. La eólica sí, pero son turbinas más ligeras que giran a una frecuencia distinta y, además, no se conectan a la red. Según explican desde Renewable Energy World
Un convertidor de frecuencia entre la turbina eólica y la red eléctrica evita que la energía cinética de la masa giratoria de la turbina eólica proporcione inercia durante los períodos de cambio de frecuencia
¿Y qué es lo que pasa en estos casos? Pues, básicamente, que cuando el porcentaje de fuentes renovables que penetran en la red eléctrica es muy alto, hay una falta de inercia que puede provocar fluctuaciones en la frecuencia eléctrica. Parece ser que en el momento del apagón en España dicho porcentaje estuvo por encima del 70 %, algo que, quizás, no pudo soportar el sistema eléctrico español.
Pero, ojo, no debemos demonizar las energías renovables
España, así como otros muchos países, lleva años caminando hacia una red eléctrica cada vez más abastecida por fuentes de energía renovables. Es vital si queremos combatir el cambio climático, ya que los combustibles fósiles liberan a la atmósfera una gran cantidad de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global.
En 2008, el porcentaje de energía procedente de fuentes renovables que se usaba para generar electricidad en España era del 20,6 %. Es una cifra que ha ido subiendo progresivamente hasta situarse en el 56,8 % en 2024. Esto puede soportarlo bien nuestro sistema eléctrico. Sin embargo, podría ser que el sistema no esté listo para porcentajes más altos. Lo vimos con el apagón en España del pasado mes de abril. O eso dicen algunas hipótesis.

Esto podría parecer una mala noticia, pero en realidad no lo es. Sabemos que es posible aumentar el porcentaje de fuentes de energía renovables sin afectar al sistema eléctrico. Al fin y al cabo, muchos países ya lo hacen. De hecho, hay países como Dinamarca, Alemania y Portugal que generan de este modo más electricidad de la que llegan a usar. Podemos pensar que esto no es posible, pues el apagón en España de abril afectó también a Portugal, aunque el fallo estuvo aquí. Lo ocurrido en Portugal fue solo un daño colateral.
De hecho, recientemente la vicepresidenta del Gobierno de España y ministra para la transición energética, Sara Aagesen, señaló que ya se ha detectado el origen de las grandes pérdidas de producción de electricidad que provocaron el apagón en España .
Por lo visto, sucedió en Granada, Sevilla y Badajoz. No debería haberse extendido por el resto de zonas abastecidas por la red eléctrica española, pero un fallo en los cortafuegos provocó que la incidencia se extendiera. ¿Ocurrió todo eso por una caída en la inercia eléctrica provocada por el exceso de fuentes de energía renovables? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que, incluso si fue así, tiene solución.
Si otros países pueden tener un sistema adaptado a las energías limpias, el nuestro también puede. Hay que tomar medidas, desde luego, pero estas no deben consistir en demonizar las únicas fuentes de energía que pueden protegernos de las consecuencias del cambio climático.
¿Cómo lo solucionamos para no tener otro apagón?
De momento, parece que la forma más rápida de solucionar esta situación es compensar la falta de inercia a través de las centrales nucleares. Estas son mucho más limpias que las que usan el gas o el carbón como fuente de energía. De hecho, no liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera. Sin embargo, muchas personas están en contra de su uso por lo peligroso que puede ser cualquier incidente. Ya lo vimos con Chernobyl en 1986. Hoy en día esto es extremadamente poco probable, pues cuentan con sistemas de seguridad muy avanzados. Por eso muchas personas defienden que pueden ser un buen apoyo para el sistema eléctrico en las condiciones actuales. Pero eso no deja de ser un parche. Lo ideal es avanzar hacia un sistema que pueda recibir un aporte renovable mucho más alto.
Para eso, serían necesarios grandes sistemas de almacenamiento de energía, compuestos por baterías a gran escala, capaces de retener la energía suficiente para compensar las posibles pérdidas derivadas de la falta de inercia. Esto podría prevenir las fluctuaciones de frecuencia antes de que llegue a producirse un apagón.
El futuro es de las fuentes de energía renovables. Nos va la habitabilidad del planeta en ello. Por lo tanto, no las culpemos a ellas del apagón y busquemos soluciones para nuestro sistema eléctrico. Aun sin saber exactamente qué ocurrió, es la solución más sensata.