La Conferencia sobre los Océanos ha hecho balance sobre el ecuador del decenio, ¿pero en qué consiste todo eso?

Este junio de 2025 está siendo un mes muy ambiental. El día 5 se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, del 3 al 5 de junio la Semana Verde, entre el 10 y el 12 de junio la Semana Europea de la Energía Sostenible y ahora, entre el 9 y el 13 de junio, la Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas. Todo eso sin olvidar que el pasado 8 de junio se celebró el Día Mundial de los Océanos. Sin duda, los océanos necesitan nuestra protección, por lo que la conferencia realizada por la ONU es más que necesaria, ¿pero cuál es su cometido?

Este año, la reunión ha sido patrocinada por los Gobiernos de Francia y Costa Rica y se ha celebrado en la ciudad francesa de Niza. Los expertos allí reunidos se han encargado de poner sobre la mesa los problemas actuales que atraviesan los océanos de todo el mundo y las posibles medidas para solventarlos.

Esta Conferencia sobre los Océanos sigue la estela de la que se llevó a cabo en 2022 en Lisboa, con el patrocinio de los Gobiernos de Portugal y Kenia. Todas ellas buscan acelerar las medidas necesarias para cumplir con lo establecido en el decenio de los océanos, otra medida de la ONU declarada en 2017. El calentamiento global y el cambio climático están poniendo muchos palos en las ruedas de este proyecto, pero con ciencia y compromiso político se puede sacar adelante. Al menos, eso es lo que se ha visto tras hacer balance en esta reunión internacional.

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¿Para qué se celebra la Conferencia sobre los Océanos de la ONU?

El objetivo central de esta Conferencia Sobre los Océanos de las Naciones Unidas ha sido acelerar la acción y movilizar a todos los actores para conservar y utilizar de forma sostenible los océanos. Además, con ella se trata de aplicar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, que se enfoca en la vida submarina. 

Cada año se establecen una serie de prioridades sobre las que debe regirse la Conferencia sobre los Océanos. Este año han sido tres: 

• Trabajar para completar los procesos multilaterales relacionados con el océano
• Movilizar recursos financieros para el ODS14 y apoyar el desarrollo de una economía azul sostenible
• Reforzar y difundir mejor los conocimientos relacionados con las ciencias del mar para mejorar la elaboración de políticas

Todo esto, además, gira en torno a la cercanía del ecuador del Decenio del Océano.

¿Y qué es eso del Decenio del Océano?

El Decenio del Océano fue otra medida de la ONU dirigida a salvar los océanos a través de la ciencia y la investigación. Se estableció en diciembre de 2017, aunque no entró en vigor hasta 2021. Desde entonces y hasta 2030 comenzaría un decenio en el que debería desarrollarse “un marco común capaz de garantizar que la ciencia apoye plenamente los esfuerzos de los países por alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de los Océanos”.

¿Se están cumpliendo los objetivos del Decenio?

Uno de los objetivos de esta Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas ha sido comprobar si se están cumpliendo los objetivos establecidos para el ecuador del Decenio. 

Se ha comprobado que en este periodo de tiempo se han llevado a cabo más de 500 proyectos de investigación en todo el mundo dirigidos a velar por los océanos. Con ellos, se han generado miles de datos y conocimientos sobre la acidificación y la oxigenación de los océanos, el aumento del nivel del mar, la biodiversidad y la batimetría. Además, se han registrado más de 180.000 nuevas especies marinas. Todo esto se debatió también el pasado mes de abril de 2024, cuando se celebró en Barcelona la Conferencia del Océano. Esta no deja de ser una reunión hermana de la Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas, pues sus objetivos son muy similares. 

¿Sobre qué se ha hablado en la Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas?

Volviendo a la Conferencia sobre los Océanos que se acaba de celebrar en Niza, en los cinco días que ha durado se han celebrado un total de 16 actividades con distintos formatos y públicos, dirigidas a lograr los tres propósitos mencionados con anterioridad.

Estas han sido algunas de las más interesantes.

1. Diálogos sobre alfabetización oceánica y conservación

Uno de los objetivos tanto del Decenio como de la Conferencia sobre los Océanos es la divulgación sobre la situación actual de nuestros océanos. No se trata solo de dar a conocer a los científicos lo que hacen otros científicos. Si la ciudadanía no forma parte del proceso, los resultados no pueden ser los esperados. Por eso, se han organizado una serie de actividades interactivas entre el 9 y el 13 de junio, en las que los participantes han podido explorar acerca de la relación entre los seres humanos y los océanos.

La ingeniería puede ser de mucha ayuda para cuidar los océanos

2. Convertir las ideas en acción – Defender el papel de los ingenieros en la construcción de una economía oceánica segura y sostenible

La Coordinadora Adjunta del Decenio del Océano en la UNESCO-COI, Alison Clausen, junto a varios ponentes, procedentes sobre todo del Foro Económico Mundial y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, han expuesto a los asistentes el importante papel de la ingeniería para conservar los océanos con seguridad y trabajar en ellos de forma sostenible. No podemos negar los recursos que nos aportan, pero tampoco podemos explotarlos a cualquier precio. Por eso es tan importante recurrir a las nuevas tecnologías. Para mostrarlo, los ponentes han expuesto al público varios ejemplos reales que se han implantado y se seguirán implantando en el futuro.

3. Ocean Matcher: Donde la financiación inteligente se une al impacto oceánico

Ya lo decía Quevedo: “Poderoso caballero es don Dinero”. No se puede hablar de salvar los océanos sin mencionar la economía. Lo ideal sería contar con suficiente inversión por parte de los Gobiernos, pero de momento es inevitable recurrir a la filantropía. Por eso se ha creado Ocean Matcher,  una nueva plataforma en línea basada en algoritmos diseñada para conectar proyectos oceánicos con financiación filantrópica. 

4. Reflexiones sobre el Decenio

En el ecuador de la Conferencia Sobre los Océanos, el 11 de junio, se ha debatido sobre el ecuador del Decenio de los Océanos. Este ha sido un año muy especial, a la vez que esperanzador, porque hemos visto que, efectivamente, se han cumplido buena parte de los objetivos establecidos por la ONU en 2017. De momento es imposible saber si se alcanzarán todos los logros esperados para 2030, pero parece que vamos por el buen camino.

5. Diálogo con los pueblos indígenas y las comunidades locales en la Conferencia sobre los Océanos 

Los pueblos indígenas y las comunidades locales son grandes explotadores de los océanos. Sin embargo, generalmente lo hacen de una forma mucho más sostenible que los grandes Gobiernos. Por eso, intercambiar información con ellos es un punto clave de la Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas.

6. Lanzamiento de las Expediciones eDNA II

También se ha aprovechado la Conferencia Sobre los Océanos de las Naciones Unidas para presentar la segunda fase del proyecto Expediciones eDNA. Este es un proyecto muy ambicioso de ciencia ciudadana, en el que se cuenta con la población, científica o no, para estudiar mucho más rápidamente la biodiversidad oceánica a lo largo y ancho del globo.

El término eDNA hace referencia al ADN ambiental. Se trata de ADN procedente de las mucosidades y células liberadas por las especies marinas en el agua. Con un breve periodo de entrenamiento, quien lo desee puede guardar muestras de agua que se envían a los científicos para el análisis de ADN presente en ella. Esto permite establecer la distribución de especies y, en resumen, la biodiversidad marina en distintas áreas de la geografía mundial.

Durante este evento, se presentaron los resultados de la primera fase del proyecto y, a continuación, se invitó a los presentes a participar en una sesión de muestreo de eDNA junto a jóvenes locales.

Este tipo de actividades son de gran relevancia, puesto que la ciencia ciudadana es esencial por dos motivos. Por un lado, se consigue reducir la carga de trabajo de los científicos al introducir la ayuda del resto de la población. Y, por otro, se hace a los ciudadanos partícipes del cuidado de los océanos, de modo que esta actividad pueda extrapolarse a otros ámbitos de su vida en los que puedan tomar decisiones que atenten más o menos contra los ecosistemas acuáticos.

En definitiva, la Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas ha sido un compendio muy completo y variado de actividades en las que se ha puesto de manifiesto algo que no repetimos lo suficiente: sin océanos, no hay planeta Tierra. Más nos vale aprender a cuidarlos desde todas las aristas posibles.