7 preguntas que aún no te has hecho sobre el Día Mundial del Sol 2025

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1. ¿Cuál es el origen y verdadero propósito del Día Mundial del Sol 2025?

El Día Mundial del Sol 2025 se celebra el 21 de junio y tiene una raíz simbólica muy potente, se celebra durante el solsticio de verano en el hemisferio norte. Este fenómeno astronómico, que marca el momento en que el sol alcanza su punto más alto en el cielo, ha sido motivo de celebraciones desde tiempos ancestrales.

Civilizaciones como los incas, los egipcios o los celtas rendían culto al sol. Para ellos, el astro rey no solo marcaba las estaciones, sino que representaba vida, fertilidad y poder divino.

Si volvemos al presente, el origen del Día Internacional del Sol 2025 actual es menos espiritual y más simbólico, fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019, tras la propuesta del Estado Plurinacional de Bolivia. Su propósito es recordar la importancia del sol como fuente de vida y, más recientemente, como motor clave en la transición hacia energías limpias.

Organismos ambientales y empresas de energía han impulsado el Día Mundial del Sol para concienciar sobre la sostenibilidad, la energía solar y la lucha contra el cambio climático.

Pero, ¿cuántas personas saben todo esto? ¿Cuántos reflexionamos de verdad sobre ello, más allá de ver un post en redes sociales? ¿Estamos usando bien este día para hablar de lo que realmente importa o es un día más para salir en la foto? Creo que es momento de por lo menos, cuestionarlo.

2. ¿Es el sol un aliado o una amenaza para nuestra salud?

Con esta pregunta el debate está servido. Desde pequeños estamos acostumbrados a escuchar frases como “ponte protector solar”, “evita el sol del mediodía”, “cuidado con las quemaduras”, “el sol provoca cáncer”, no tienes más que prestar un poco de atención a las sombrillas cercanas y observar alrededor la próxima vez que vayas a la playa. Y sí, la sobreexposición puede ser peligrosa. Pero, ¿hemos ido demasiado lejos con ese mensaje?

Personalmente, siento que con el sol ocurre algo curioso, por un lado nos previenen todo el rato desde multitud de medios sobre sus efectos perjudiciales como quemaduras, cáncer, arrugas, manchas, desidratación, envejecimiento… y a la vez se promueve la idea de que la exposición al sol es esencial para nuestra salud. ¡Y sí que lo es!

¿Sabías que el cuerpo humano necesita el sol para producir vitamina D?, ¿y sabías que la vitamina D es esencial para la salud ósea, la función inmune y el estado de ánimo? sí, sin sol todos estaríamos depresivos, tristes y enfermos.

Estudios recientes vinculan la falta de sol con el aumento de enfermedades autoinmunes, depresiones, trastornos del sueño y problemas metabólicos, pero entendamos «Falta de Sol» como la baja exposición a la luz ultravioleta (UVB), que es necesaria para la producción de vitamina D, y a la disrupción de los ciclos de luz natural que afectan los ritmos circadianos.

¿Qué estudios recientes vinculan la falta de sol con el aumento de enfermedades?

Existen muchos estudios científicos fiables que hablan de los beneficios de la vitamina D para prevenir enfermedades inmunes, no tienes más que buscar «estudios científicos sobre los beneficios de la vitamina D para el ser humano» en Google y ver por ti mismo los resultados, estos que te mostramos aquí son solo un par de ejemplos:

• Vitamina D y autoinmunidad: nuevas consideraciones etiológicas y terapéuticas

• Papel emergente de la vitamina D en las enfermedades autoinmunes: Actualización de las pruebas e implicaciones terapéuticas

Según estos estudios, la vitamina D es mucho más que algo bueno para nuestros huesos y para que nuestro cuerpo use el calcio. También es clave para que nuestro sistema inmune funcione correctamente, además de tener efectos antiinflamatorios y antioxidantes.

La forma más importante de obtenerla es a través de la exposición al sol, ya que nuestra piel la fabrica cuando recibe la luz solar UVB.

En estos estudios se asegura la relación entre la vitamina D y las enfermedades autoinmunes. Llegaron a la conclusión que tener niveles bajos de vitamina D se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar varias enfermedades autoinmunes como:

• El lupus
• La diabetes tipo 1
• La esclerosis múltiple
• La enfermedad de Crohn
• La psoriasis
• La artritis reumatoide
• Y otras

La vitamina D ayuda a que nuestro sistema inmune esté equilibrado. Por ejemplo, puede ayudar a calmar las células que causan inflamación y a evitar que se produzcan anticuerpos que atacan a nuestro propio cuerpo, tomar suplementos de vitamina D podría ayudar a estas personas a mejorar o a que sus tratamientos funcionen mejor.

En resumen, el sol y unos buenos niveles de vitamina D son muy importantes para tener un sistema inmune fuerte y equilibrado.

¿Qué pasa con los protectores solares, no debo usarlos?

Menuda preguntita… sin que ningún laboratorio se enfade, muchos expertos advierten que el uso indiscriminado de protectores solares químicos, especialmente aquellos con filtros sintéticos, puede tener efectos negativos. Se habla de inhibidores de la producción de melanina, alteración de los ciclos circadianos e incluso afectación a la salud mitocondrial.

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Es el sol una medicina natural o un enemigo que hay que evitar a toda costa?

La verdad puede estar en el equilibrio: exposición solar responsable, sin cremas en ciertos momentos del día, sin llegar a quemarse, y sin miedo al sol como si fuera veneno. Porque tal vez lo que deberíamos temer es vivir en constante oscuridad.

3. ¿Qué beneficios obtenemos al exponernos al sol con moderación?

Muchos no lo saben, pero tomar el sol sin protección por periodos cortos y controlados puede ser uno de los actos más saludables que existen. No solo porque activa la síntesis de vitamina D, sino porque desencadena una cascada de beneficios biológicos que afectan a múltiples sistemas del cuerpo humano.

Entre los beneficios más destacados de una exposición solar inteligente se encuentran:

• Regulación hormonal: La luz solar regula la melatonina y el cortisol, fundamentales para el sueño y el estrés
• Fortalecimiento inmunológico: Mejora la respuesta del sistema inmune y puede ayudar a prevenir enfermedades infecciosas
• Salud mental: La luz natural combate el trastorno afectivo estacional (TAE) y eleva el estado de ánimo al aumentar los niveles de serotonina
• Mejora del rendimiento mitocondrial: Hay investigaciones que vinculan la exposición solar con la mejora de la función mitocondrial, esencial para la energía celular

Lo interesante es que muchos de estos beneficios se ven inhibidos por el uso constante de bloqueadores solares químicos, lo cual hace cuestionar prácticas que hoy asumimos como “correctas” sin más análisis. ¿Nos están obligando con mensajes recurrentes a realizar acciones que no debemos? y más importante ¿quién se beneficiaría con todo esto?

En mi caso, me interesa especialmente entender cómo equilibrar este dilema. ¿Nos hemos pasado de precavidos? ¿Y si la clave no es evitar el sol, sino entenderlo, respetarlo y no huir de él?

4. ¿Cuáles son los riesgos reales de la sobreexposición al sol?

Ahora bien, no todo es luz. Exponerse al sol de forma excesiva, especialmente en horarios peligrosos (entre las 12:00 y las 16:00), puede tener consecuencias graves para la salud:

• Quemaduras solares: Que no solo son dolorosas, sino que aumentan el riesgo de cáncer de piel
• Envejecimiento prematuro: La radiación UV destruye colágeno y elastina, generando arrugas, manchas y flacidez
• Cáncer de piel: Especialmente el melanoma, un tipo agresivo cuyo riesgo aumenta con la exposición excesiva sin protección
• Daños oculares: Como las cataratas o la degeneración macular

Por estos motivos es importante no ser extremista, ni el sol es nuestro enemigo, ni debemos de exponernos sin moderación. No se trata de demonizar al sol, pero sí de entender que la exposición debe ser medida, gradual, adaptada a cada tipo de piel y en horarios seguros, y yo añadiría, sin protección solar con químicos.

Una opción es exponerse sin protección en la primera hora del día o en la última de la tarde, y evitar las horas centrales si no se cuenta con sombra o ropa adecuada. Escuchar al cuerpo, observar la piel y usar el sentido común puede ser mucho más útil que seguir ciegamente las recomendaciones genéricas y sin sentido.

5. ¿Puede la energía solar salvar el planeta?

Si hay un área donde el sol tiene un impacto monumental para todos sin excepción, es en la generación de energía renovable. La energía solar se posiciona como una de las mejores alternativas para sustituir los combustibles fósiles, sobre todo en España, donde disfrutamos de una media de 2.500 horas de sol al año.

Algunas ventajas claves de la energía solar:

• Es inagotable: Mientras el sol brille, hay fuente energética
• Es limpia: No produce emisiones contaminantes ni residuos peligrosos
• Es accesible: Los avances tecnológicos han hecho que los paneles solares sean cada vez más económicos y eficientes
• Promueve la descentralización energética, permitiendo a hogares y comunidades ser autosuficientes

Sin embargo, todavía enfrentamos algunos desafíos que son necesarios de solucionar antes de contar con la energía solar como fuente principal y constante de energía:

• El almacenamiento de energía en días nublados
• La inversión inicial
• La infraestructura necesaria

Aún así, apostar por el sol es apostar por un modelo energético sostenible, justo e inagotable.

Por todos estos motivos, creo que el Día Mundial del Sol 2025 debería enfocarse no solo celebrar un astro lejano, sino en impulsar acciones locales y globales que aceleren la transición hacia un modelo energético solar y en educar a la población mundial de los beneficios para nuestra salud de la exposición adecuada al sol

6. ¿Cómo celebramos al sol en distintas culturas y tradiciones?

Desde los mayas hasta los japoneses, el sol ha sido objeto de veneración, respeto y fiesta en casi todas las culturas. A lo largo de la historia, el sol ha sido sinónimo de fertilidad, renovación, iluminación, poder divino e incluso guía espiritual. La fascinación por el sol no es exclusiva de la era moderna. Mucho antes de que existieran los satélites, los relojes atómicos y los protectores solares, los pueblos antiguos ya entendían que el sol era el corazón del tiempo, la fertilidad, la energía y la vida misma. En su honor, desarrollaron rituales, calendarios, templos y festividades que han perdurado, evolucionado o incluso sido integradas a celebraciones contemporáneas.

Festividad Inti Raymi (Perú)

• Fecha: 24 de junio
• Origen: Inca
• Era la festividad más importante del calendario inca, dedicada a Inti, el dios Sol. Se realizaba en Cusco con danzas, sacrificios simbólicos, procesiones y ofrendas a la Pachamama.
• Hoy sigue celebrándose cada año como un evento cultural y turístico de gran impacto.

Litha o Alban Hefin (Celtas)

• Fecha: 21 de junio
• Esta fiesta pagana del solsticio de verano celebraba el triunfo de la luz. Se encendían hogueras, se recolectaban plantas sagradas y se realizaban rituales de sanación y protección.
• Marcaba el punto máximo del ciclo solar antes de que la oscuridad empezara a crecer.

San Juan (Cristianizado en Europa Occidental)

• Fecha: 23-24 de junio
• Aunque cristianizado como fiesta de San Juan Bautista, mantiene símbolos paganos como el fuego, el agua y la purificación.
• Se celebra saltando hogueras, bañándose al amanecer y pidiendo deseos. Seguro que sabes de qué hablamos.

Chhath Puja (India y Nepal)

• Fecha: octubre-noviembre
• Dedicado al dios solar Surya, involucra baños rituales, ayuno, cantos y ofrendas al amanecer y al atardecer.
• Es una de las pocas festividades hindúes en que se adora al sol directamente.

Festival del Sol (Antiguo Egipto)

• Lugar: Abu Simbel
• Dos veces al año, el sol iluminaba el santuario del faraón Ramsés II gracias a una alineación arquitectónica precisa. Era un acto de homenaje al dios solar Ra, considerado creador de toda vida.
• Este fenómeno sigue atrayendo visitantes cada año, como una maravilla de la ingeniería solar antigua.

Matariiki (Nueva Zelanda – Maoríes)

• Aunque más relacionado con la aparición del cúmulo de estrellas Pléyades, marca el nuevo año maorí y está profundamente conectado con los ciclos solares y agrícolas.
• Se celebran comidas comunitarias, plantación simbólica y reflexiones sobre la conexión con la naturaleza.

¿Qué nos enseñan estos ritos solares?

Estas celebraciones ancestrales no eran solo fiestas, eran rituales sagrados, integrados con la agricultura, la salud, el tiempo y el espíritu. Hoy, en medio de una sociedad hiperindustrializada y desconectada de los ritmos naturales, volver a mirar al sol con reverencia puede enseñarnos a:

1. Respetar los ciclos de la vida
2. Aprovechar conscientemente su energía
3. Vivir más alineados con la naturaleza

El Día Mundial del Sol 2025 no solo puede ser un símbolo moderno de sostenibilidad; también puede servir para recuperar esta sabiduría ancestral y darle un nuevo significado.

Incluso en la era moderna, cada vez más personas buscan reconectar con los ritmos naturales, planificando retiros, caminatas o simplemente disfrutando de un amanecer como forma de agradecer al sol por su energía y su luz. ¿Y tú? ¿Cómo celebras al sol?

7. ¿Podemos tener una relación más consciente y equilibrada con el sol?

En un mundo hiperconectado, lleno de pantallas, techos y luces artificiales, reconectar con el sol puede ser uno de los actos más revolucionarios y sanadores que podemos hacer.

Quizás no se trata de protegernos del sol a toda costa ni de rendirle culto ciego. Tal vez la respuesta esté en ser más conscientes, observar cómo nos sentimos cuando nos exponemos, cuándo lo hacemos, por cuánto tiempo, con qué intención.

El Día Mundial del Sol 2025 puede ser el punto de partida para preguntarnos cosas más profundas, ¿cómo tratamos a la fuente de toda vida en la Tierra? ¿Qué decisiones estamos tomando con respecto a nuestra salud, nuestra energía y nuestro entorno?

Porque al final, el sol no necesita que lo celebremos. Somos nosotros quienes necesitamos reconectar con él.