Educación sostenible en España avances, retos y realidad actual
La educación sostenible en España avanza con programas prometedores y miles de centros comprometidos, pero necesita urgentemente más formación docente, financiación estable y coherencia política

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La educación sostenible en España avanza lentamente entre programas prometedores y carencias estructurales, con más de 2700 centros en la red ESenRED pero solo el 30 % del profesorado formado adecuadamente.
Si tienes más de 40 años, la palabra «sostenibilidad» ni siquiera existía cuando ibas al cole. Como mucho, plantabas un árbol el Día Mundial del Medio Ambiente y ya eso era todo. Hoy, nuestros hijos aprenden sobre la huella de carbono antes que las tablas de multiplicar. ¿Es esto bueno? ¿Necesario? ¿O estamos cayendo en el adoctrinamiento verde?
En España contamos con más de 2700 centros en la red ESenRED pero solo el 30 % del profesorado formado adecuadamente
Después de investigar programas educativos y hablar con algunos docentes cercanos a mi, tengo claro que es necesaria una educación sostenible desde temprano, para convertir en cotidiano lo que en otras generaciones no lo era, ahora a nadie se le ocurriría fumar en espacios cerrados con niños o en un avión en pleno vuelo y os digo que yo viví ambas situaciones. Pero también tengo claro que debe ser una educación racional, práctica y, sobre todo, que enseñe a pensar, no a repetir consignas.
¿Qué es la educación para la sostenibilidad o educación sostenible?
La educación para la sostenibilidad o educación sostenible es el proceso de desarrollar competencias para entender y actuar ante los desafíos ambientales, sociales y económicos, formando ciudadanos críticos capaces de tomar decisiones informadas y conscientes en favor de la sostenibilidad.
El concepto «educación sostenible» está ligado directamente al ODS 4, que habla de garantizar que todos los alumnos adquieran conocimientos para promover el desarrollo sostenible.
Me resulta fascinante comparar generaciones. Los nacidos en los 70 y 80 crecimos en un mundo donde tirar aceite por el fregadero era normal y nadie hablaba de cambio climático en las aulas. La sostenibilidad, sencillamente, no existía como concepto educativo. Hoy, cualquier niño de primaria te explica qué es el reciclaje mejor que muchos adultos.
El cambio es brutal, pero ¿estamos haciéndolo bien? La UNESCO define la educación para la sostenibilidad como aquella que «empodera a los estudiantes para tomar decisiones informadas».
¿Por qué la educación es un pilar del desarrollo sostenible?
Sin educación sostenible en España o fuera de ella, no hay futuro viable porque los problemas ambientales, sociales y económicos están interconectados y solo mentes formadas integralmente pueden abordar esta complejidad.
Es simple matemática social. Si formamos a generaciones que entienden la relación entre consumo y recursos, entre economía y medio ambiente, entre justicia social y cambio climático, tendremos ciudadanos capaces de tomar mejores decisiones. No se trata de crear eco-guerreros, sino personas conscientes.
La vinculación es clara en tres niveles:
- Primero, el cambio climático requiere comprensión científica y cambio de hábitos – ambos se aprenden.
- Segundo, la justicia social necesita empatía y pensamiento sistémico – se desarrollan con educación.
- Tercero, la economía verde demanda nuevas competencias profesionales – solo la formación las proporciona.
Lo que más me sorprende investigando este tema es cómo los países con mejor educación ambiental (Finlandia, Dinamarca) también lideran en innovación verde y calidad de vida. No es casualidad. Es causa-efecto.
¿Cómo podemos ser sostenibles en la escuela?
Las escuelas españolas implementan sostenibilidad a través de huertos escolares, compostaje, aulas renaturalizadas y proyectos ecosociales con resultados dispares pero esperanzadores.
¿Cuáles de estas prácticas son realmente efectivas y funcionan?
Los huertos escolares son la estrella
Colegios en Pamplona como el CP Buztintxuri han transformado patios de cemento en espacios verdes donde los niños cultivan sus propias verduras. No es solo plantar tomates, es entender ciclos naturales, trabajo en equipo y paciencia. «Cuando un niño ve crecer algo que plantó, entiende la sostenibilidad mejor que con mil charlas» comentan desde el centro.

La inclusión escolar está despegando
En Madrid, el CEIP Nuestra Señora de la Paloma tiene un programa de «patios inclusivos y sostenibles» este proyecto de patios permite que no queden niños/as solos/as, propiciando una completa experiencia de responsabilidad, cooperación y convivencia entre los alumnos
Pero seamos realistas, no todo es idílico. Muchos proyectos dependen del voluntarismo de profesores concretos. Cuando se van, el proyecto muere. La falta de presupuesto es endémica. Y algunos padres se quejan de que «pierden tiempo de matemáticas».
¿Qué son las aulas sostenibles?
Las aulas sostenibles integran infraestructura eficiente, materiales ecológicos, hábitos responsables y participación comunitaria, creando espacios que educan por sí mismos.
Un aula sostenible no es solo poner papeleras de reciclaje. Es repensar todo el espacio educativo.
A nivel de infraestructura, hablamos de iluminación LED, ventilación natural, paneles solares si es posible, pero también de muebles de materiales reciclados, pinturas no tóxicas, plantas que purifican el aire.
El programa Ecoescuelas, con más de 600 centros en España, marca estándares claros, reducción del 20 % en consumo energético, 30 % menos residuos, 15 % ahorro de agua.
Los hábitos son igual de importantes. En las aulas sostenibles, apagar luces es automático, el papel se usa por ambas caras siempre, las botellas reutilizables son la norma. Son pequeños gestos que se vuelven cultura.
La implicación comunitaria es la pieza que muchos olvidan. Las mejores aulas sostenibles involucran a familias, comercios locales, ayuntamientos. En Vitoria, varios colegios han creado «comunidades de aprendizaje sostenible» donde padres enseñan oficios verdes y abuelos comparten saberes tradicionales de aprovechamiento.
¿Cómo mantener una educación sostenible?
Mantener la educación sostenible requiere integración curricular real, formación continua del profesorado, metodologías activas y compromiso institucional más allá de modas políticas.
Aquí está el quid de la cuestión, empezar es fácil, mantener es el reto.
La integración curricular no puede ser un parche. No vale con una «semana verde» al año. La sostenibilidad debe ir más allá:
- Matemáticas (calcular huellas de carbono)
- Lengua (debates sobre consumo responsable)
- Ciencias (experimentar con energías renovables)
- Incluso educación física (deportes en la naturaleza)
La formación del profesorado es de lo más importante y aquí España no vamos muy bien. Solo el 30% del profesorado ha recibido formación específica en sostenibilidad según datos del Ministerio. Sin profes formados, no hay educación sostenible real. Es como pedirle a alguien que enseñe chino sin saber chino.
Las metodologías activas marcan la diferencia. Aprendizaje basado en proyectos, servicio comunitario, investigación-acción. Los chavales aprenden haciendo, no memorizando los 17 ODS.
¿Qué está haciendo España en educación sostenible?
España implementa el Plan PAEAS 2021-2025 y cuenta con redes como ESenRED (2700 centros) y Ecoescuelas, pero con grandes diferencias entre comunidades autónomas y falta de coordinación real.
El Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PAEAS) 2021-2025 es el marco nacional. Suena bien en papel, 6 ejes, 61 acciones, presupuesto… no especificado. Ahí empiezan los problemas. Sin pasta clara, los planes son poesía.
La red ESenRED es lo más tangible: más de 2700 centros educativos y más de un millón de alumnos conectados compartiendo experiencias. Funciona como red de intercambio, pero la participación es voluntaria y desigual.
El programa Ecoescuelas brilla en Andalucía especialmente. Más de 200 centros andaluces participan, involucrando a unos 150.000 estudiantes. Tienen auditorías ambientales, comités con alumnos, planes de acción. Es el modelo que funciona cuando hay apoyo real.
El Ministerio de Transición Ecológica lanza convocatorias anuales de reconocimiento a centros sostenibles. Bien por la motivación, pero los premios no sustituyen la financiación estructural necesaria.
Nivel de educación sostenible por comunidad autónoma
Según el informe ministerial «Situación actual de Educación para el Desarrollo Sostenible», las diferencias regionales son abismales:
Categoría | Comunidad Autónoma | Porcentaje | Observaciones |
---|---|---|---|
Comunidades líderes | País Vasco | 68 % | Centros con programas activos |
Navarra | 65 % | Centros integrados | |
Cataluña | 62 % | Participación | |
Comunidades intermedias | Andalucía | 45 % | Creciendo rápido |
Madrid | 42 % | ||
Galicia | 40 % | ||
Comunidades rezagadas | Castilla-La Mancha | 28 % | |
Extremadura | 25 % | ||
Murcia | 22 % |
La evolución nacional muestra el crecimiento de 500 centros en programas sostenibles en 2010 a más de 2700 en 2024. Pero estamos hablando de menos del 10 % del total de centros educativos españoles.
Retos y oportunidades para el futuro
Los principales retos son la formación docente insuficiente, las desigualdades territoriales y la discontinuidad política, mientras las oportunidades pasan por el impulso europeo y la demanda social creciente.
Seamos claros con los problemas. La formación docente es el talón de Aquiles, pues solo 3 de cada 10 profesores se sienten preparados para integrar sostenibilidad. No es culpa suya, es fallo del sistema.
Las desigualdades regionales son importantes. Un niño en Vitoria tiene triple probabilidad de recibir educación sostenible de calidad que uno en Murcia. Esto no es justicia social ni ambiental.
La discontinuidad institucional mata proyectos. Cada cambio de gobierno, de consejería o incluso de dirección escolar puede liquidar años de trabajo. Existen casos de huertos escolares abandonados, composteras desmanteladas, programas cancelados.
Pero no todo es negro, las oportunidades de desarrollar una verdadera educación sostenible en España para todos los alumnos, son reales. El Pacto Verde Europeo destina fondos específicos para educación sostenible. La demanda social crece, los padres millennials quieren esta educación para sus hijos. Las empresas buscan perfiles con competencias sostenibles.
La tecnología abre puertas, apps para medir consumos, realidad virtual para entender ecosistemas, proyectos colaborativos internacionales online. La sostenibilidad digital en educación es el siguiente paso.
Un cambio generacional necesario pero incompleto
La educación sostenible en España avanza con programas prometedores y miles de centros comprometidos, pero necesita urgentemente más formación docente, financiación estable y coherencia política para no quedarse en buenas intenciones.
Mirando atrás, el cambio es innegable. Mi generación aprendió a tirar todo a la misma bolsa; nuestros hijos separan residuos por instinto. Nosotros no cuestionábamos el consumo; ellos preguntan si realmente necesitan algo nuevo. Es un avance civilizatorio.
El camino por recorrer es largo. Necesitamos que el 100 % del profesorado esté formado, no el 30 %. Que todas las comunidades tengan estándares mínimos, no esta lotería geográfica. Que los proyectos sobrevivan a los cambios políticos. Que la sostenibilidad no sea una asignatura más, sino una forma de entender el mundo.
Y sobre todo, necesitamos que sea educación real, que enseñe a pensar críticamente sobre consumo, recursos y futuro. No adoctrinamiento verde, sino ciudadanos capaces de construir ese futuro sostenible. Porque sin educación, ese futuro es, sencillamente, imposible.