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ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles

Descubre qué es el ODS 11 y por qué es clave para nuestro futuro urbano. Analizamos avances, brechas y casos inspiradores en Europa y España: aire limpio, vivienda, movilidad y sostenibilidad real


Un lunes cualquiera, sales de casa y el aire huele… limpio. Bajas por una calle con sombra de árboles, cruzas un cruce seguro y en dos minutos estás en una parada donde el bus llega puntual. En el móvil puedes comprobar que tu edificio consume menos energía desde la rehabilitación y cambios estructurales del barrio y que la factura de luz de este mes ha bajado.

Al volver, el parque nuevo ha evitado que el último chaparrón inunde de nuevo tu portal, y tu vecina Pilar, que antes temía no poder pagar el alquiler, sigue en el barrio gracias al acceso a una vivienda asequible.

¿Te gustaría vivir en este tipo de cuidad? pues es lo que persigue el ODS 11, construir y desarrollar ciudades y comunidades sostenibles.

¿Qué es el ODS 11?

Según nos indica la ONU en su propia página, el ODS 11 tiene como misión que nuestras ciudades y asentamientos humanos se conviertan en lugares inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. En pocas palabras, intenta que vivir en ciudades sea significado, no solo tener una casa, sino tener acceso a servicios adecuados, transporte, espacios verdes, y hacerlo en un entorno que cuide a las personas y al planeta.

Para lograrlo, el ODS 11 fija algunas metas importantes, las cuales evaluaremos más adelante si se cumplen o no:

  • Garantizar que todas las personas tengan acceso a una vivienda y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles, mejorando los llamados «barrios marginales»
  • Proporcionar sistemas de transporte que sean seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos, prestando especial atención a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad
  • Aumentar la capacidad de planificación urbana de forma participativa, integrada y sostenible, para que el crecimiento y evolución de las ciudades no deje a nadie atrás en su progreso
  • Reducir el impacto ambiental negativo por persona de las ciudades, cuidando la calidad del aire, gestionando bien los residuos y protegiendo los espacios naturales, aire limpio y respirable para todos
  • Asegurar que haya espacios públicos, accesibles y seguros para todos sobre todo para niñas, niños, personas mayores, personas con discapacidad, porque la ciudad también ha de ser un lugar de encuentro seguro y agradable

El ODS 11 nos invita a pensar en las ciudades no sólo como lugares de paso o trabajo, sino como espacios donde queremos vivir bien, donde la justicia social se encuentre con la protección ambiental, y donde lo que hacemos cada día cuenta para un futuro más humano y sostenible.

ODS 11: Mucho más que carriles bici y maceteros bonitos

Cuando hablamos del ODS 11 no hablamos solo de carriles bici, papeleras clasificadoras de residuos y maceteros bonitos. Hablamos de cómo se vive en esa ciudad o comunidad, cómo es el ambiente, la seguridad, las viviendas, los servicios, hablamos del:

  • Acceso a vivienda asequible
  • Calidad del aire que respiramos
  • Cuánto tardamos en cruzar la ciudad para ir a trabajar, de ocio o al médico
  • Cómo nos protegemos ante inundaciones, olas de calor u otras inclemencias del tiempo

Avanzar en este objetivo transforma la economía urbana, reduciendo los costes sanitarios y energéticos, creando ciudades más productividad y empleo local, barrios más seguros y atractivos para vivir e invertir.

Según el informe de la ONU sobre la consecución de objetivos en 2024 , para 2030 vamos tarde, solo el 17 % de las metas de todos los ODS va en camino de lograrse.

El ODS 11 solo ha logrado el 35 % de los objetivos fijados, aunque el informe también indica que aún estamos a tiempo si nos damos prisa… ¿te apetece correr?


¿Cuáles son las ventajas de cumplir el ODS 11?

Generemos un poco de conciencia y seamos realistas, a todos nos beneficia y seguro nos gustaría vivir en una ciudad o pueblo con las características descritas antes donde sea seguro vivir, sano, sostenible y con oportunidades para todos.

Mejor salud y economía:

Al reducir la contaminación en las ciudades se evita miles de muertes prematuras, se reducen las bajas laborales y el gasto sanitario por enfermedades ocasionadas por baja calidad del aire o salubridad de las calles. Según el Consejo de la UE en unas 300.000 personas mueren de forma prematura al año en Europa por la baja calidad del aire que respiran.

Competitividad y empleo:

Rehabilitar edificios o electrificar el transporte para hacerlos sostenibles y eficientes, ampliar las zonas verdes que renueven el aire, crear zonas de encuentro de la comunidad, aporta valor a la ciudad y atrae talento que desarrolla negocios, empleos para crecimiento económico de la sociedad.

Adaptación y seguridad:

Prepararnos para las posibles inclemencias del tiempo, mejorar el drenaje de las ciudades, prevenir catástrofes con alertas tempranas, diseñar el entorno urbano para preservar y protegernos del calor. Todas estas acciones salvan vidas, protegen el patrimonio y mejoran la actividad económica.

Pros y contras de “correr” para llegar a los objetivos

Si has llegado a esta parte del artículo estoy segura que los Pros ya te quedan claros, podríamos obtener beneficios sanitarios y de productividad medibles; facturas energéticas más bajas en hogares vulnerables; menos dependencia de combustibles fósiles; y una ciudad más atractiva para invertir y vivir.

Los Contras son imaginables, si las catástrofes meteorológicas se siguen produciendo como en los últimos años en España, necesitaremos rehabilitar masivamente con mano de obra cualificada y ventanillas únicas que hoy en día faltan en muchos ayuntamientos.

Corremos el riesgo del envejecimiento de la población «gentrificación» al ser imposible acceder a viviendas y trabajos, expulsando a la población más joven en busca de mejores lugares para vivir y desarrollarse.

La falta de seguridad y el deterioro de la calidad del aire no solo afectan al bienestar diario, sino que también dificultan atraer y retener talento. Las personas jóvenes o quienes buscan oportunidades para desarrollarse prefieren entornos saludables y seguros, y cuando una ciudad no ofrece esas condiciones, no solo deja de atraer a nuevos habitantes, sino que incluso quienes ya viven en ella pueden encontrar difícil prosperar.

Avances reales en Europa del ODS 11 y… brechas persistentes

En Europa estamos escribiendo una historia de progreso urbano, pero también de urgencias por resolver. Bajo el paraguas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 que busca ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, los logros ya son visibles, aunque el camino sigue siendo largo.

1. El aire en Europa

En 2024 la ciudad de Faro en Portugal fue una de las ciudades europeas con los niveles más bajos de PM 2,5, registrando 3,7 microgramos por metro cúbico834045aa 8b32 432e abd5 af725ee8c7d3 Noticias sobre Sostenibilidad

En este aspecto hay avances reales, los límites de contaminación fijados por la UE se superan cada vez menos, pero con matices. Aproximadamente el 96 % de las personas que viven en zonas urbanas sigue respirando niveles de PM2,5 por encima del umbral propuesto por la Organización Mundial de la Salud que son de 5 μg/m³.

Esto significa que, aunque el aire está un poco más limpio, en muchos sitios sigue lejos de ser seguro de respirar. Además, solo unas pocas ciudades europeas están por debajo de ese estándar.

En 2024 la ciudad de Faro en Portugal fue una de las ciudades europeas con los niveles más bajos de PM 2,5, registrando 3,7 microgramos por metro cúbico834045aa 8b32 432e abd5 af725ee8c7d3 Noticias sobre Sostenibilidad

2. Residuos urbanos

En cuanto a la basura que generamos y reciclamos, la cifra habla por sí sola, en 2023, la generación media en la UE fue de 511 kg por persona, y la tasa de reciclaje de residuos municipales alcanzó el 48 %.

Puede parecer un dato positivo, pero cuando comparamos con los objetivos fijados no lo es tanto, el objetivo está fijado en el 60 % de reciclaje o bien reducir de forma drástica la generación de residuos, en este aspecto aún queda mucho por hacer.

Prevenir la generación de residuos, no solo reciclarlos, será una pieza clave para llegar a lograr el ODS 11.

3. Edificación y construcción

Las casas, edificios de oficinas y barrios también entran en esta transformación urbana. Más del 75 % de los hogares en la UE aún se consideran poco eficientes desde el punto de vista energético.

Para cumplir los objetivos climáticos de 2030 y alcanzar la neutralidad para 2050 será necesario aumentar significativamente el porcentaje de «renovaciones profundas» de edificios.

Es una enorme oportunidad para las ciudades, construir viviendas más cómodas, con menos gastos de energía, que aporten más salud para quienes viven en edificios fríos o mal aislados.

4. Acceso a una vivienda

Finalmente, el acceso a una vivienda digna sigue siendo una de las grandes pruebas del ODS 11. En muchas capitales europeas los precios y los alquileres se han disparado, empujando a que el debate deje de ser ¿intervenir? para pasar a ¿cómo hacerlo sin destruir la oferta?.

Algunos países experimentan con parques de vivienda asequible o regulaciones del alquiler turístico, pero implementar estas medidas de forma justa y eficaz es todavía un reto. El metro cuadrado de vivienda más cara de Europa es en París, donde el precio promedio llega a 14.900 €/m².

En definitiva, las ciudades europeas están mejorando, y eso ya es una buena noticia, pero también vemos claramente los rincones donde la desigualdad, la contaminación y el consumo excesivo impiden que avancemos como debiéramos.

Este doble factor, avance + brecha, es lo que hace que el ODS 11 siga siendo tan relevante. Porque al final, lo que queremos es que cada ciudad sea un hogar saludable, justo y vivo para todas las personas.

España: dónde estamos y qué funciona

España es un país urbano, el 81,8 % de la población vive en ciudades o áreas metropolitanas (2024). Esto hace que el ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles, no sea una meta lejana, sino que se convierta en una necesidad actual. La calidad del aire, el acceso a la vivienda y la movilidad influyen tanto en nuestro bienestar y productividad como las grandes políticas industriales o energéticas.

Movilidad

Desde 2022 en España, las bonificaciones al transporte público han marcado un antes y un después, su uso ha aumentado un 33 % respecto a los niveles previos a la pandemia, con picos destacados en Cercanías y Media Distancia.

El reto, sin embargo, va más allá de aplicar un descuento, se trata de convertir el incentivo en hábito, mejorando las frecuencias, las conexiones y el espacio urbano destinado al transporte colectivo.

Vivienda asequible

El Gobierno ha puesto en marcha un plan para industrializar parte de la construcción de vivienda social, financiado con fondos europeos con unos 1.300 millones €, con el objetivo de contruir 15.000 viviendas al año.

El desafío es enorme, en España tenemos un déficit estimado de 600.000 viviendas asequibles y un parque público que apenas alcanza el 3 % del total, frente al 9 % de media europea.

Calidad del aire en España

A partir de diciembre de 2024, España deberá adaptar sus planes locales a la nueva directiva europea sobre calidad del aire, que eleva los estándares y endurece los límites de contaminación permitidos.

El propio MITECO reconoce en su informe «Evaluación de la calidad del aire en España» que el cambio es exigente. Durante 2024 más de 31 millones de personas en España estuvieron expuestas a niveles de contaminación del aire que superan los nuevos límites que la European Environment Agency (EEA) estableció de cara a 2030

Casos que inspiran

Un ejemplo cercano es València, reconocida como Capital Verde Europea 2024, esta ciudad ha logrado transformar su antiguo cauce del Turia en un gran pulmón verde, impulsa planes para alcanzar la neutralidad climática en 2030 y promueve una movilidad más activa y sostenible.

Su éxito no viene de un solo proyecto estrella, sino de un gran trabajo durante años con una visión de ciudad que integra políticas ambientales, sociales y de participación ciudadana. Es un modelo que demuestra que el cambio urbano es posible… y replicable.

Conclusión sobre el ODS 11

El ODS 11 es la columna vertebral de la prosperidad urbana. Europa está elevando el listón en aire limpio, edificios eficientes o transporte y España ha probado medidas que funcionan, pero la década 2025 a 2030 exige escala y ejecución, métricas claras por barrio, proyectos financiables y políticas que protejan a quien más lo necesita.

Si lo hacemos bien, ganamos tres veces, salud, empleo y adaptabilidad, si no, lo que ganamos es más tiempo en hospitales, atascos y facturas climáticas.

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