Índice del artículo:
Hoy os traemos otro concepto que en el área de la sostenibilidad está ayudando a transformar la generación de energía, el modo en que se diseñan las nuevas ciudades y la economía global, se trata del Climate tech (o tecnología climática).
Durante años hemos hablado de sostenibilidad como un ideal, algo deseable pero lejano. Hoy, en cambio, el contexto es distinto. La crisis climática ya no es una advertencia futura, es una realidad cotidiana que afecta:
- Al precio de la energía
- A la disponibilidad de agua
- A la producción de alimentos
- A la estabilidad económica
Climate tech no es solo innovación, es una respuesta práctica a un problema urgente
En este escenario surge con fuerza el concepto de climate tech, un término que empieza a aparecer cada vez más en medios, informes económicos y estrategias empresariales.
¿Qué es el Climate Tech?
El climate tech es el conjunto de tecnologías, empresas, startups y modelos de negocio diseñados y creados para combatir el cambio climático, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero o ayudando a adaptarnos a sus efectos.
Este término comienza a coger fuerza tras el Acuerdo de París de 2015, cuando gobiernos, empresas e inversores asumen que la transición ecológica no será posible solo con cambios de comportamiento. Hace falta tecnología, inversión y escalado industrial.
No es casualidad que, incluso en un contexto económico complejo, la inversión en climate tech haya superado los 70.000 millones de dólares a nivel global en 2023 según PwC. La razón es sencilla, sin tecnología climática no hay transición energética, ni industria baja en carbono, ni adaptación real al cambio climático.
Diferencias entre greentech, cleantech y climate tech
En artículos anteriores hemos hablado de tecnologías limpias o cleantech, y es normal que surjan dudas con estos conceptos que aunque están relacionados, no son exactamente lo mismo.
- Greentech suele asociarse a soluciones ambientales clásicas, como energías renovables o reciclaje
- Cleantech amplía el foco e incluye eficiencia energética, gestión del agua, economía circular o nuevos materiales
- Climate tech es más específico y directo, se centra en tecnologías que atacan el problema climático de raíz, ya sea reduciendo emisiones de gases de efecto invernadero o ayudando a los sistemas naturales y productivos a adaptarse
Por ejemplo, el hidrógeno verde, la captura de carbono o la agricultura regenerativa basada en datos encajan claramente dentro de climate tech, aunque también puedan formar parte del universo cleantech.
El climate tech es un concepto más amplio y estratégico que otros términos del sector sostenible, así que es interesante tener claro cada concepto para no confundirlos.
Este ecosistema de emprendimiento climático está creciendo a una velocidad de vértigo. No se trata de una moda, sino de una respuesta lógica y necesaria. Y lo más interesante es que abarca todos los sectores que puedas imaginar, no solo energías renovables, sino también alimentación, moda o construcción.
Ámbitos donde el Climate Tech ya está generando impacto real
Cuando hablamos de climate tech no hablamos de prototipos lejanos o ideas de laboratorio. Muchas de estas tecnologías ya están en marcha transformando sectores clave de la economía.
Antes de entrar en ejemplos concretos, conviene recordar un dato esencial. Según Our World in Data, más del 70 % de las emisiones globales provienen del sistema energético, la industria y el transporte. No es casualidad que ahí se concentre buena parte de la innovación climática.
Energía renovable y almacenamiento inteligente
La generación de energía está viviendo una transformación profunda. La energía solar y eólica ya no son alternativas marginales, en España estas energías superan el 50 % de la generación de electricidad anual.
Aunque hay que destacar que el verdadero salto cualitativo del climate tech está en el almacenamiento energético y en las redes inteligentes, capaces de gestionar producción intermitente y consumo en tiempo real cuando verdaderamente se necesita. Esto conecta de forma directa con otros contenidos del proyecto sobre energías renovables y transición energética en España, donde se explica por qué producir energía limpia ya no es el mayor reto, sino almacenarla y gestionarla bien.
Evolución de la generación eléctrica renovable en España
Movilidad sostenible y electrificación del transporte
El transporte sigue siendo uno de los sectores más difíciles de descarbonizar. En este área el climate tech va mucho más allá del coche eléctrico, hablamos de optimización de rutas mediante inteligencia artificial, electrificación del transporte público, combustibles sintéticos y soluciones para logística de última milla.
Reducir emisiones en movilidad no solo mejora el clima, también la calidad del aire en las ciudades.
Según la Agencia Internacional de la Energía, en su informe Global EV Outlook 2025, los coches eléctricos representaron en torno al 20 % de todas las ventas de automóviles nuevos en Europa durante 2024.
Mientras en las ciudades se incorporan sensores y análisis en tiempo real para regular flotas, optimizar frecuencias de autobuses y mejorar el flujo urbano. El Climate Tech hace que la movilidad sea más limpia, pero también más predecible y eficiente.
Ventas mundiales de coches eléctricos, 2014-2024
Agricultura inteligente y uso eficiente de los recursos
La agricultura es uno de los sectores más vulnerables al cambio climático. Sequías cada vez más frecuentes, olas de calor y escasez de agua nos obligan a replantear el modelo productivo.
El climate tech aplicado al campo permite algo fundamental, producir más con menos recursos. Sensores de humedad, sistemas de riego inteligente y modelos predictivos ayudan a reducir el consumo de agua hasta un 30 % en cítricos según IRTA, ¿cuánto podría ahorrar en otro tipo de cultivos?
En este área España se está convirtiendo en referente, usando ya sensores de humedad, drones que detectan estrés hídrico y sistemas de riego que ajustan el caudal automáticamente ayudando a minimizar pérdidas y aumentando el rendimiento en cultivos sensibles.
Industria con bajas emisiones y procesos circulares
Sectores como el cemento, el acero o la química pesada concentran una parte importante de las emisiones globales. El climate tech está permitiendo electrificar procesos, reutilizar calor residual y diseñar materiales con menor huella de carbono.
Según mencionaba McKinsey en este informe, en algunos sectores es posible reducir las emisiones industriales en un rango de 60 % a 80 % usando tecnologías existentes y eficientes integradas de forma inteligentes. También en este informe se recoge que la industria consume el 37 % de la energía global y cerca de dos tercios de esa energía se usan para generar calor, lo que convierte la electrificación del calor en una palanca clave y disponible en el corto plazo»
No es una promesa futura, es una oportunidad real de transformación industrial alineada con el ODS 9 sobre industria e innovación. La industria europea avanza hacia cadenas de suministro más trazables y circulares impulsadas por datos.
Innovaciones que están marcando tendencia en Climate Tech
Más allá de los sectores, hay tecnologías concretas que se repiten en casi todos los informes estratégicos sobre transición climática.
Antes de analizarlas, conviene tener claro algo importante. Ninguna de estas soluciones es por sí misma una solución rápida, única y milagrosa, el valor del climate tech está en la combinación de tecnologías, políticas públicas y cambios de modelo económico.
Hidrógeno verde y combustibles limpios
Ya hemos hablado del hidrógeno verde en algún artículo anterior, y comentamos que se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del climate tech. Producido con energías renovables, el hidrógeno verde permite descarbonizar sectores donde la electrificación directa es complicada, como la industria pesada o el transporte marítimo.
España tiene una posición privilegiada en este ámbito, de esto también hemos hablado en otros artículos, la pregunta es ¿sabrá aprovechar esta posición privilegiada?
Captura y gestión del carbono
Aunque reducir emisiones es prioritario, no será suficiente. Las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono permiten retirar CO2 de la atmósfera o evitar que llegue a ella en los procesos industriales.
La Agencia Internacional de la Energía considera estas soluciones imprescindibles para alcanzar la neutralidad climática, especialmente en sectores donde eliminar emisiones es extremadamente complejo ya que gran parte de sus emisiones están ligadas a procesos químicos y altas temperaturas, como sucede en el transporte marítimo, el cemento, el acero, la química pesada o la aviación.
Digitalización ambiental e inteligencia artificial
La digitalización ambiental se está convirtiendo en uno de los pilares más silenciosos pero más potentes del climate tech. A diferencia de otras tecnologías más visibles, como las renovables o el vehículo eléctrico, la inteligencia artificial actúa muchas veces en segundo plano, optimizando sistemas complejos que ya existen y haciéndolos mucho más eficientes.
Aplicada al clima, la IA permite anticiparse a fenómenos extremos como olas de calor, inundaciones o sequías con mayor precisión que los modelos tradicionales. Esto ayuda a proteger infraestructuras críticas como redes eléctricas, sistemas de agua o transporte, reduciendo costes económicos y riesgos para la población.
Uno de los ámbitos donde su impacto es más directo es el energético. Algoritmos de inteligencia artificial ya se utilizan para ajustar en tiempo real la producción y el consumo de electricidad, integrar mejor las energías renovables intermitentes y reducir pérdidas en la red. Google estima que la IA podría contribuir a reducir entre un 5 y un 10 % las emisiones globales antes de 2030.
Algunos desafíos que frenan la expansión del Climate Tech
A pesar de su potencial, el climate tech no avanza sin obstáculos. Uno de los principales es el coste inicial de muchas tecnologías, que dificulta su adopción por pequeñas empresas o administraciones locales.
Otro reto clave es el escalado. Pasar de un piloto exitoso a una solución industrial requiere financiación, infraestructuras y estabilidad regulatoria. En muchos casos, la tecnología avanza más rápido que la legislación.
Por último, existen barreras administrativas que ralentizan proyectos energéticos o industriales durante años, algo que también analizamos en publicaciones de «Mediterráneo Económico» con políticas públicas y transición verde.
Oportunidades económicas y sociales vinculadas al Climate Tech
La Organización Internacional del Trabajo señala que avanzar hacia una transición climática justa podría traducirse en millones de nuevos empleos a nivel global antes de 2030, especialmente en sectores vinculados a la energía limpia y la adaptación al cambio climático.
Para las empresas, integrar climate tech supone ventajas competitivas como reducir el consumo energético, optimizar procesos o depender menos de combustibles fósiles, esto ayuda a protegerse frente a futuras crisis energéticas, subidas de precios o cambios normativos que cada vez son más frecuentes.
En las ciudades, los beneficios son visibles, aire más limpio, sistemas energéticos más eficientes y entornos urbanos mejor preparados frente a olas de calor o inundaciones que mejoran la calidad de vida y hacen las ciudades más habitables y adaptables.
El papel de España en el desarrollo del Climate Tech
España parte con ventajas claras. Un enorme potencial renovable, del que ya hemos hablado en numerosos artículos, talento técnico y acceso a fondos europeos orientados a la transición ecológica.
En 2023, más del 50 % de la electricidad generada en España procedió de fuentes renovables
En 2023, más del 50 % de la electricidad generada en España procedió de fuentes renovables. A esto se suma un ecosistema creciente de startups y proyectos vinculados a energía, agua, movilidad y digitalización ambiental.
El climate tech conecta de forma directa con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS 7 sobre energía limpia, el ODS 9 sobre innovación industrial y el ODS 13 sobre acción climática.
Para concluir
El climate tech no es una moda ni una etiqueta de marketing. Es una respuesta tecnológica y económica a una crisis que ya está afectando a nuestra forma de vivir y producir.
Invertir en tecnología climática significa reducir emisiones, sí, pero también crear empleo, fortalecer la industria y construir sociedades más fuertes y adaptables. La pregunta ya no es si debemos apostar por el climate tech, sino con qué rapidez y ambición estamos dispuestos a hacerlo.
