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Las tecnologías limpias —también conocidas como cleantech— se han convertido en la gran apuesta para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir la contaminación y acelerar la transición energética hacia un modelo más justo y respetuoso con el planeta.
En un mundo, donde el 73,2 % de las emisiones globales provienen aún de la producción de energía basada en combustibles fósiles, estas innovaciones ofrecen la oportunidad real de cambiar el rumbo.
A lo largo de este artículo descubrirás qué son las tecnologías limpias (y qué no son), los principales tipos de cleantech que ya están transformando sectores como la energía, la movilidad o la gestión de residuos, así como sus beneficios para el medioambiente y la economía.
El 73,2 % de las emisiones globales provienen de la producción de energía basada en combustibles fósiles
También analizaremos los retos y barreras que enfrentan, las tendencias de futuro y la situación de España en el desarrollo de innovación sostenible, con ejemplos de casos de éxito reales.
En definitiva, las tecnologías limpias no solo representan innovación, sino también una herramienta decisiva para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y garantizar un futuro más saludable para todos.
¿Qué son las tecnologías limpias y qué mitos existen sobre ellas?
Las tecnologías limpias (cleantech) son innovaciones, procesos o productos diseñados para reducir el impacto ambiental, aumentar la eficiencia en el uso de recursos y fomentar un desarrollo sostenible. Su objetivo principal es minimizar emisiones, contaminación y residuos, al mismo tiempo que generan beneficios económicos y sociales.
Aunque a menudo se confunden, las tecnologías limpias no son lo mismo que las “tecnologías verdes” o el “climate tech”.
- Greentech suele centrarse en soluciones directamente relacionadas con la protección ambiental (como energías renovables o gestión de residuos).
- Climate tech engloba todas aquellas tecnologías orientadas a mitigar o adaptarse al cambio climático (desde captura de carbono hasta agricultura regenerativa).
- Las cleantech o tecnologías limpias, son más amplias: incluyen eficiencia energética, movilidad eléctrica, economía circular, agua, materiales sostenibles o digitalización aplicada a la sostenibilidad.
Mitos frecuentes sobre las tecnologías limpias
- “Todo lo renovable es limpio”
No siempre. Una central hidroeléctrica mal planificada puede dañar ecosistemas, y las placas solares sin gestión adecuada generan residuos. Lo «limpio» depende tanto del recurso como de su ciclo de vida y gestión. - “Son demasiado caras”
Aunque los costes iniciales de algunas tecnologías limpias pueden ser elevados, a medio y largo plazo generan ahorros significativos. La Agencia Internacional de Energías Renovables estima que la energía solar fotovoltaica ha reducido su coste en más de un 80 % desde 2010. - “Solo sirven para países ricos”
Falso. De hecho, muchas tecnologías limpias están siendo adoptadas en países en desarrollo porque mejoran el acceso a energía, agua o sistemas de producción agrícola más eficientes. Son clave para reducir desigualdades y acelerar la transición sostenible a nivel global. Y ya que invierten en tecnología, lo hacen bien desde el inicio. - “Son una moda pasajera”
En realidad, forman parte de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y son necesarias para alcanzar los ODS relacionados con energía (ODS 7), clima (ODS 13) y consumo responsable (ODS 12).
En resumen, las tecnologías limpias no son un lujo, sino una respuesta estratégica y necesaria para enfrentar el cambio climático y transformar la economía hacia modelos más sostenibles.
Ejemplos de tecnologías limpias
Las energías renovables
La energía solar, la eólica, la térmica, la hidráulica, geotérmica o la mareomotriz se consideran tecnologías limpias porque reducen el uso de combustibles fósiles y a la vez bajan la emisión de carbono y contaminantes a la atmósfera.
En España, las energías renovables superaron el 50,8 % de la electricidad en 2023, eólica 24 %, solar FV 14 %
Hidrógeno verde
El hidrógeno verde se produce a partir de energías renovables mediante electrólisis del agua, sin emitir CO₂ en el proceso. Es una solución clave para descarbonizar sectores difíciles de electrificar como la industria y el transporte pesado.
Se estima que para 2030 España podría tener una capacidad de electrólisis de unos 23,3 GW y producir unos 2,5 millones de toneladas de hidrógeno verde al año.
Movilidad sostenible
Con la movilidad sostenible se busca reducir la huella de carbono a través del uso del transporte eléctrico, el uso compartido de vehículos, el fomento del transporte público y la infraestructura ciclista. Estas acciones contribuyen a mejorar la calidad del aire y a disminuir la dependencia de combustibles fósiles.
En España, los vehículos totalmente eléctricos representan solo alrededor del 1,4 % del parque automovilístico. Existe un escepticismo a la transición de vehículos eléctricos, contamos más en este estudio de la Universidad de Granada.
Gestión del agua
La gestión sostenible del agua promueve el uso eficiente de este recurso, la reducción de pérdidas y el tratamiento y reutilización de aguas residuales. Es esencial para garantizar el acceso al agua potable y enfrentar los efectos del cambio climático.
Sólo entre un 7 % y un 13 % de las aguas residuales se reutilizan actualmente en España, según la Asociación Española de Desalación y Reutilización.
¿Qué problemas enfrentan las tecnologías limpias?
Como hemos visto antes, las tecnologías limpias (cleantech) son esenciales para la sostenibilidad, pero tienen algunos inconvenientes y retos que conviene tener en cuenta:
- Costes iniciales elevados
La inversión para instalar paneles solares, turbinas eólicas, plantas de hidrógeno o baterías es elevada. Aunque los costes están bajado mucho, sigue siendo difícilmente asumible para hogares, empresas pequeñas o países con menos recursos. - Intermitencia y dependencia del clima
Energías como la solar o la eólica no producen electricidad de manera constante, ya que dependen del sol o del viento. Esto obliga a reforzar el sistema eléctrico con baterías o fuentes de respaldo donde almacenar energía para cuando no es posible producir. - Necesidad de materiales no abundantes
Muchas cleantech requieren minerales llamados raros, como litio, cobalto, tierras raras. La extracción de estos materiales genera impacto ambiental importante y conflictos geopolíticos. - Infraestructuras y adaptación
Para aprovechar al máximo estas tecnologías hay que invertir en redes eléctricas inteligentes, estaciones de recarga, plantas de electrólisis, sistemas de almacenamiento, etc. Esto supone tiempo y dinero. - Impactos locales
Aunque sean limpias, no son “cero impacto”, los parques eólicos pueden afectar a aves, los grandes embalses a ecosistemas acuáticos, y los paneles solares ocupan grandes superficies de terreno.
Para que lo tengamos claro, las tecnologías limpias son imprescindibles para reducir emisiones y avanzar hacia una economía baja en carbono, pero necesitan inversión, innovación y una buena planificación para superar estos problemas.
En España, el Gobierno ha aprobado una inversión de 13.590 millones de euros hasta 2030 para reforzar la red eléctrica, con el fin de responder al crecimiento de la demanda y apoyar el desarrollo de las renovables.
¿Cuál es el futuro de la tecnología limpia?
Mirando hacia el futuro, las tecnologías limpias seguirán ganando terreno en España no solo por su capacidad de reducir emisiones, sino también por su potencial económico y estratégico.
Se proyecta que la producción de hidrógeno verde en España podría alcanzar hacia 2030 unas 2,5 millones de toneladas al año y tener una capacidad de electrólisis de alrededor de 23,3 GW.
Esta tecnología será clave para descarbonizar sectores industriales difíciles como la siderurgia, la química o el transporte marítimo, además de posibilitar que España se convierta en hub exportador de hidrógeno a otros países europeos.
Por otro lado, la movilidad sostenible se perfila como otro pilar fundamental de la transición energética. Las previsiones indican que los vehículos electrificados (eléctricos puros y híbridos enchufables) podrían representar más del 30 % de las matriculaciones de turismos en 2030 en España.
Por todos estos motivos, pensamos que el Cleantech o tecnologías limpias tiene un futuro extenso y prometedor aunque aún tenga que superar barreras importantes.


